Amanece, la luz del sol incide sobre las placas fotovoltaicas y genera corriente continua.

Esta corriente continua, pasa a un inversor que la transforma en corriente alterna de 230 Voltios.

La corriente alterna se consume en la vivienda y el sobrante se inyecta en la red, teniendo una compensación en su factura eléctrica.

Sigues conectado a la red y de ella consumes el resto de energía que te falte del sol y durante la noche.